Si gestionas una empresa, probablemente te hayas encontrado en tu factura eléctrica con conceptos como «energía reactiva» y te hayas preguntado: ¿Qué es exactamente?, ¿por qué la estoy pagando?, ¿puedo evitar este coste?
¿Qué es la energía reactiva?
La energía reactiva es aquella que no se transforma en trabajo útil, pero que circula por la red eléctrica debido al funcionamiento de determinados equipos eléctricos. Se genera principalmente en instalaciones que utilizan motores, transformadores, ascensores, bombas o equipos de climatización industrial.
Estos aparatos provocan un desfase entre la tensión y la corriente eléctrica, lo que da lugar a esa «energía de ida y vuelta» que no se consume pero sí ocupa espacio en la red.
A diferencia de la energía activa, que sí alimenta y hace funcionar los equipos (iluminación, maquinaria, ordenadores…), la energía reactiva no produce calor ni movimiento útil, pero sí implica un esfuerzo adicional para la red eléctrica. Por eso se penaliza cuando sobrepasa ciertos niveles.
¿Por qué se cobra la energía reactiva si no se utiliza?
Aunque tu empresa no la consuma como tal, la energía reactiva genera un transporte innecesario por la red y provoca pérdidas técnicas. Por este motivo, las compañías distribuidoras penalizan este tipo de consumo cuando supera ciertos umbrales establecidos.
En España, según el RD 1164/2001, se aplican penalizaciones si el consumo de energía reactiva supera el 33% de la energía activa en periodos punta y valle. Estas penalizaciones pueden suponer un incremento considerable en la factura eléctrica de una empresa.
¿Cómo saber si estás pagando por energía reactiva?
Este coste puede aparecer en tu factura bajo las siguientes denominaciones: «Penalización por energía reactiva», «Término de energía reactiva» o «Exceso de energía reactiva».
También es recomendable realizar una auditoría energética o consultar a tu comercializadora para verificar si tu instalación está generando este tipo de consumo.
¿Cómo evitar el coste de la energía reactiva en tu empresa?
Para reducir o eliminar este sobrecoste en la factura eléctrica, la solución más efectiva es instalar baterías de condensadores. Estos equipos compensan la energía reactiva, evitando su retorno a la red y, por tanto, su penalización.
Ventajas de instalar baterías de condensadores:
- Eliminan la penalización por energía reactiva.
- Reducen la potencia demandada.
- Mejoran la eficiencia energética de tu instalación.
- Alargan la vida útil de los equipos.
Sustituir equipos antiguos o lámparas fluorescentes por iluminación LED y otros sistemas eficientes ayuda a disminuir la producción de energía reactiva.
Reducir la energía reactiva no solo significa pagar menos en la factura eléctrica. También implica optimizar el rendimiento de tu instalación, reducir el consumo innecesario y avanzar hacia un modelo energético más eficiente y sostenible.
En resumen:
- La energía reactiva es generada por equipos industriales que inducen campos electromagnéticos.
- Aunque no se consume, se factura si supera ciertos umbrales.
- Puedes evitarla instalando baterías de condensadores u optimizando tu instalación.
- Reducirla supone un ahorro económico y un menor impacto ambiental.
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