Con la llegada del otoño e invierno, y la bajada de las temperaturas, muchos hogares se preparan para encender la calefacción. Si tienes una caldera individual de gas natural o utilizas un calentador de agua a gas, seguramente ya estés buscando formas de reducir el coste de tu factura de gas, sin renunciar a mantener tu hogar caliente, cómodo y acogedor.
Por eso, en este artículo te compartimos una serie de consejos prácticos y fáciles de aplicar que te ayudarán a ahorrar en tu factura de gas.
Tipos de calefacción: gas natural o eléctrica
A la hora de optimizar el consumo de energía y reducir el coste de la factura de gas, es importante conocer las diferencias entre los tipos de calefacción más comunes: gas natural y calefacción eléctrica. Cada sistema tiene sus beneficios, y elegir el más adecuado para tu hogar puede marcar una gran diferencia en el ahorro energético.
- Calefacción por gas natural: La calefacción de gas natural opera a través de una caldera que quema gas para generar calor. Este sistema es más eficiente y económico en comparación con la calefacción eléctrica, especialmente en regiones donde las redes de gas natural son accesibles. Las calderas de gas permiten calentar todo tipo de espacios de manera rápida y constante, siendo la opción más popular.
- Calefacción eléctrica: La calefacción eléctrica transforma la energía eléctrica directamente en calor. A pesar de ser más sencillo de instalar y mantener, su coste operativo es generalmente más costoso que el del gas natural, lo que lo hace una opción menos común. Este sistema puede resultar eficiente en espacios pequeños o bien aislados, pero en áreas extensas o mal acondicionadas, el consumo de electricidad puede dispararse.
Consejos para ahorrar en la factura de gas
A continuación, te ofrecemos algunos consejos prácticos que te ayudarán a reducir el consumo de gas natural disminuyendo así tu factura de gas.
- Ajusta el termostato de forma eficiente: Mantener el termostato a una temperatura adecuada es clave para ahorrar energía. La recomendación general es mantener la calefacción entre 19°C y 21°C durante el día, y reducirla a unos 16°C o 17°C por la noche o cuando no estés en casa. Cada grado adicional puede aumentar el consumo de gas hasta un 7%, por lo que pequeños ajustes pueden generar grandes ahorros.
- Utiliza programadores y termostatos inteligentes: Los programadores y termostatos inteligentes te permiten controlar la calefacción de manera más eficiente. Puedes programar la calefacción para que se encienda solo cuando estés en casa o reducir la temperatura automáticamente durante la noche. Además, estos dispositivos te permiten monitorear y ajustar el consumo desde tu móvil, optimizando el uso de energía.
- Asegura un buen aislamiento en casa: El aislamiento es fundamental para evitar pérdidas de calor. Revisa puertas, ventanas y cualquier otra posible fuga de calor en tu vivienda. Instalar burletes o sellar grietas puede marcar una gran diferencia. Además, considera mejorar el aislamiento de paredes o techos si es necesario. Cuanto mejor aislado esté tu hogar, menos energía necesitarás para calentarlo.
- Realiza un mantenimiento regular de tu caldera: Tener un mantenimiento adecuado de la caldera y otros equipos de calefacción es esencial para asegurar su buen funcionamiento y eficiencia. Una caldera que no está en buen estado puede consumir más gas natural del necesario. Realiza revisiones periódicas para asegurarte de que todo esté funcionando correctamente, y así evitar sorpresas en la factura de gas.
- Aprovecha al máximo la luz solar: Aunque sea invierno, la luz solar puede ser un gran aliado para calentar tu hogar de manera natural. Durante el día, abre cortinas y persianas en las ventanas orientadas al sur para dejar entrar la mayor cantidad de luz y calor posible. Por la noche, ciérralas para conservar el calor en el interior.
- Revisa la presión de la caldera: Una caldera con una presión adecuada funcionará de manera más eficiente. Verifica que la presión esté en los niveles recomendados (normalmente entre 1 y 1.5 bares). Si la presión es demasiado baja o alta, es posible que la caldera no esté funcionando correctamente, lo que puede incrementar el consumo de gas.
- Purga los radiadores: Con el tiempo, los radiadores pueden acumular aire, lo que dificulta que el calor circule de manera uniforme. Purga tus radiadores al menos una vez al año para asegurar que estén funcionando de manera óptima y distribuya el calor de manera eficiente.
En conclusión, ahorrar en tu factura de gas es totalmente posible si aplicas medidas sencillas como ajustar el termostato, mejorar el aislamiento de tu hogar y realizar un mantenimiento regular de tus equipos. Con estos pequeños cambios, podrás reducir tu consumo de gas sin perder confort, manteniendo un hogar más eficiente y un ahorro considerable en tus facturas de gas mensuales. Además, si quieres complementar tus esfuerzos de ahorro y obtener el máximo beneficio en tu factura de gas, es recomendable seleccionar la tarifa de gas más adecuada para tus necesidades.
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