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¿Ayudan a ahorrar las luces automáticas?

Las luces automáticas son cada vez más comunes en nuestro entorno. Nuestras casas, nuestras calles y caminos están cada vez más llenos de esta clase de iluminación.

¿Ayudan a ahorrar las luces automáticas? ¿Son más eficientes que el iluminado tradicional? Te resolvemos las dudas y te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta clase de iluminación.

¿Qué son las luces automáticas?

Las luces automáticas son un tipo de iluminación inteligente que se apaga o enciende detectando la presencia o el movimiento de personas y vehículos.

De esta manera, según esa presencia o movimiento, se activan cuando alguien se acerca y entra en su radio de acción y se apagan, automáticamente, cuando no perciben a nadie dentro de ese radio.

Así, las luces automáticas solo funcionan cuando son necesarias y no están encendidas si nadie va a aprovechar o usar dicha luz.

¿Cómo funcionan las luces automáticas?

Básicamente, con una combinación de luces LED y sensores de proximidad, movimiento y/o presencia.

Algunas luces automáticas, además, se alimentan mediante energía solar, con una pequeña placa fotovoltaica conectada a una batería. De esta manera, durante el día la placa recoge la luz solar, la convierte en energía eléctrica y la almacena.

Por la noche, la luz automática usa la energía de la batería para encenderse cuando el sensor manda la señal de que alguien se acerca.

¿Qué usos principales tienen las luces automáticas?

Las luces automáticas las podemos encontrar tanto en nuestras casas como fuera de ellas, especialmente en:

  • Carreteras y caminos poco concurridos.
  • Jardines y zonas exteriores de viviendas.
  • Dentro de nuestras casas, con luces que se encienden automáticamente en lugares estratégicos del hogar. Por ejemplo, un pasillo que hay que atravesar en la noche si te levantas al baño.
  • En ciudades, aunque usadas de una manera un poco diferente, como veremos más adelante.
  • En polígonos industriales, fábricas y almacenes.

Como curiosidad respecto al último punto, la iluminación automática resultaría útil como complemento al concepto de fabricación lights out o luces apagadas.

Este término hace referencia a fábricas completamente automatizadas en su funcionamiento y que, por tanto, pueden operar a oscuras. Los robots que se encargarían de la fabricación no precisan ver de la misma manera que las personas.

Sin embargo, esas fábricas aún necesitarían mantenimiento y seguridad humanos, de modo que la iluminación automática serviría para que las personas que desempeñaran esa tarea la pudieran hacer, a la vez que se ahorra luz.

Ventajas de las luces automáticas

Las ventajas de las luces automáticas son claras:

  • Menor contaminación lumínica: al estar encendidas solamente cuando se precisan. Como suelen estar situadas en caminos menos transitados, rodeadas de mayor entorno natural, el impacto en la flora y fauna del lugar es también menor.
  • Mayor eficiencia energética: la sustitución de iluminación tradicional por LED, que solo se enciende cuando se necesita y por tanto no se desperdicia, resulta mucho más eficiente que una luz constante, o incluso una programada a ciertas horas.
  • Menor gasto de energía: no solo por las bombillas LED, sino también por la posibilidad de combinar las luces automáticas con energía renovable, como hemos visto ya.
  • Menores gastos adicionales: ya que esa clase de iluminación LED automática no requiere prácticamente mantenimiento.

¿Cuánto ahorran las luces automáticas?

Ese ahorro se ha cuantificado, sobre todo, en las ciudades que han adoptado esta clase de sistemas. Es ahí donde se ha visto el mayor impacto, así que veamos algunos ejemplos.

Empezando por España, la ciudad de Barcelona comenzó en 2012 su proyecto de ciudad inteligente, incluyendo alumbrado que redujo hasta en un 30% el coste energético.

En Adelaida, Australia, se ha implantado un sistema de luz inteligente que está programada según las horas de sol y oscuridad. Además, mezcla esto con luces automáticas que, en vez de apagarse, dan una luz más tenue cuando no detectan a nadie en la cercanía. Como vemos, este es un tipo de uso que permite a la luz automática implantarse en zonas que no sean poco concurridas. La meta de Adelaida, además, es ser la primera ciudad neutral en cuanto a emisiones de carbono. Aunque están analizando todavía los resultados de este proyecto de iluminación, implantarlo en sus edificios públicos les ahorró 800.000 dólares nada más empezar.

La ciudad de Los Ángeles sustituyó 140.000 luces de sus calles por LED inteligentes. Eso ha reducido el uso de energía en un 63% y los costes operativos y de mantenimiento en nada menos que 9,5 millones de dólares al año.

Como vemos, las luces automáticas e inteligentes son más eficientes, ahorran dinero y reducen al mínimo el desperdicio de energía.

Como alternativa ecológica y económica, deberíamos aprovecharlo también en nuestros hogares. Es una tecnología probada y barata con la que pondremos nuestro grano de arena para la conservación del entorno.

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