Las energías renovables forman parte de nuestra vida cotidiana y lo harán cada vez más, con el objetivo de que, en un futuro cercano, sean las únicas fuentes de energía que usemos. Por eso, conviene saber los principales tipos que existen, las características de cada una y familiarizarnos con lo que será algo cotidiano dentro de muy poco.
Normalmente, las energías renovables se clasifican por el origen de dicha energía, es decir por lo que usamos para extraerla.
Así, nos encontraríamos con:
1. La energía solar
Proviene del sol y, a su vez, puede ser también de 2 tipos, según el principio que usemos para extraerla.
- Energía solar fotovoltaica. La más extendida, que usa el principio fotovoltaico por el cual algunos materiales, en contacto con la luz solar, pueden producir electricidad.
- Energía solar térmica o termosolar. Donde aprovechamos el calor del sol, concentrándolo para utilizarlo directamente (en climatización o procesos industriales) o transformarlo en electricidad, evaporando agua con él y usando una turbina.
La energía solar es la que más ha avanzado tecnológicamente en los últimos tiempos y la que está destinada a liderar la mezcla de energías renovables que potenciarán el futuro cercano. De hecho, su avance es tal, que ya ha sido denominada oficialmente por la IEA (International Energy Agency) como «la energía más barata de la historia».
Además, la energía solar empieza a ser ampliamente adoptada a nivel industrial y llamada a ser la principal energía usada a nivel particular en nuestras casas.
2. La energía eólica
Es decir, la energía de los vientos que surcan constantemente nuestro planeta. Este viento impulsa las aspas de aerogeneradores, que mueven una turbina que produce electricidad.
Estos aerogeneradores pueden ser de gran tamaño, pero también domésticos para el tejado de nuestras casas, como en el caso de la energía microeólica.
La energía eólica también lleva tiempo siendo más barata que la energía de origen fósil y, especialmente en los últimos años, ha contribuido más que la solar al mix de energías. Eso sí, la tendencia está cambiando rápidamente gracias a la expansión de esta última.
3. La energía hidráulica
Es la renovable más veterana en cuanto a generación de electricidad. Proveniente de la energía que hay en el movimiento del agua de un río, especialmente al caer desde una presa elevada, la energía hidráulica ha sido, de momento, la renovable que más energía ha aportado en nuestro día a día, gracias a la amplia historia que tiene detrás.
La energía hidráulica tiene el reto de que es muy poderosa, pero solo se puede aprovechar en lugares muy específicos, donde es eficiente construir una presa.
4. Energía geotérmica
Consiste en aprovechar el calor natural de la tierra. Al fin y al cabo, el centro de nuestro planeta puede llegar a ser tan caliente como la superficie del sol. Ese calor se transmite hacia arriba y, en ciertos lugares, la piedra natural y otros materiales permite que aflore con suficiente potencia.
Usada principalmente para climatización, algunas partes del mundo más privilegiadas, como Islandia, la tienen como fuente principal.
Al igual que otras energías que provienen del calor (como la termosolar) puede ser convertida en electricidad mediante la evaporación de agua.
5. La biomasa
Se refiere a la materia biológica animal o vegetal, normalmente de desecho, que puede ser aprovechada para conseguir energía.
La forma más directa es mediante la quema de esos desechos. Por ejemplo, las hierbas y sobrantes de un cultivo agrícola.
También se puede extraer mediante las reacciones químicas naturales de ciertos tipos de biomasa. Por ejemplo, algunas bacterias presentes en desechos animales, al hacer la digestión producen metano, que puede ser aprovechado para hacer biogás.
La manera de extraer energía de la biomasa nos muestra algo importante: que no toda la energía renovable es necesariamente energía limpia. La quema de madera produce contaminación y, si el biogás no está muy purificado o no combustiona del todo, también emite gases contaminantes a la atmósfera.
6. La energía de los océanos
Nuestros mares poseen una enorme cantidad de energía que podemos aprovechar. Esta suele adquirir tres formas principales:
- La energía de las mareas o mareomotriz. Es decir, la provocada por el movimiento de las mareas que produce la atracción gravitatoria entre la luna y la tierra.
- La energía de las olas. Cuyo movimiento puede ser aprovechado mediante dispositivos flotantes.
- La energía de las corrientes marinas. Que también pueden ser aprovechadas con turbinas.
7. La energía del hidrógeno
Cuando el hidrógeno se separa de otros elementos a los que se encuentra unido, como el oxígeno (con el que forma agua), tiene el potencial de generar electricidad y también ser usado como combustible para vehículos.
Por el momento, no ha desarrollado todo su potencial, pero sigue habiendo un enorme interés, especialmente para una movilidad más ecológica.
Como vemos, estos 7 tipos de energía renovable son los principales que hay, y los que están llamados a mover nuestro futuro de manera combinada y mucho más limpia que hasta ahora.