Dentro de los esfuerzos por reducir las emisiones a la atmósfera y usar fuentes de energía renovables, se encuentran los biocombustibles. Este tipo de carburante es diferente del obtenido a partir de fósiles y ha sido un tema de interés en las últimas décadas.
Por eso, te contamos qué son los biocombustibles, de dónde se obtienen, si son más beneficiosos para el medio ambiente y, en general, todo lo que necesitas saber sobre el tema.
¿Qué son los biocombustibles?
Un biocombustible es un combustible que se produce a partir de materiales orgánicos, como el maíz, la madera o los residuos vegetales. Es decir, que se obtiene de la biomasa y por eso tiene este nombre.
El interés en los biocombustibles nació a partir de la necesidad de conseguir carburantes que no provengan de fuentes que contaminan y se agotan, como el petróleo.
De hecho, los biocombustibles son considerados sustitutivos de ese petróleo, producen menos emisiones de gases contaminantes y son renovables.
Sin embargo, como veremos, no todo son ventajas cuando hablamos de biocombustibles.
¿Qué tipos de biocombustibles hay?
No todos los biocombustibles son iguales, ya que todo lo que provenga de materia orgánica es un combustible de este tipo, así que, dependiendo de su origen, tenemos muchas variedades.
Las más importantes son:
- La madera. El primer biocombustible que utilizamos, casi desde el principio de los tiempos, para calentarnos, cocinar, etc. Desde pelets para estufa, hasta troncos tradicionales, este biocombustible se puede obtener de manera renovable, por ejemplo, con su explotación mediante bosques sostenibles.
- El biodiésel. Muy interesante por su capacidad de impulsar nuestros vehículos. Se fabrica mediante la combinación de grasas y aceites de animales y plantas, como por ejemplo, el aceite de girasol, al que se somete a ciertos procesos químicos, como la transesterificación.
- El biogás. La forma gaseosa de los biocombustibles se quema igual que el gas natural y puede aprovechar las mismas instalaciones y dispositivos, de ahí el gran interés en esta fuente de energía. El biogás se compone principalmente de metano y se produce a partir del proceso de descomposición anaeróbica de la biomasa.
- El etanol. Como su nombre indica, es un alcohol. Se fabrica mediante un proceso de fermentación de biomasa que tiene un alto contenido en carbono, principalmente, azúcares y celulosa. La caña de azúcar es una de esas plantas.
- El metanol. Otro tipo de alcohol, usado, sobre todo, como combustible para motores. El metanol es muy similar al metano en su composición química, con la única diferencia de que el metanol es líquido.
No son los únicos tipos de biofuel, aunque sí los más importantes. Sin embargo, también existe, por ejemplo, el butanol, otro alcohol incluso más eficiente que los dos que hemos visto, pero que resulta más difícil de producir.
¿Son los biocombustibles más respetuosos con el medio ambiente que los combustibles tradicionales?
Esta es una pregunta que conviene matizar, porque los biocombustibles son más respetuosos, sí, pero no son totalmente limpios.
Los biocombustibles, cuando se queman para producir energía, emiten gases a la atmósfera, como el CO2, que contribuyen al efecto invernadero. Es lo mismo que ocurre con los combustibles tradicionales.
Sin embargo, las emisiones son menores y algunos de los componentes más perjudiciales que emiten los combustibles fósiles, como el sulfuro, no están presentes en los biocombustibles.
De la misma manera, su huella de carbono a lo largo de todo el procedimiento es menor.
Esto se debe también al hecho de que, para producir biocombustibles, es necesario cultivar plantas, de manera que estas absorben CO2 durante su crecimiento. Eso contribuye a que, a lo largo del ciclo de vida, un biocombustible sea más respetuoso con el medio ambiente en términos de emisiones.
¿Qué ventajas e inconvenientes tienen los biocombustibles?
Como vemos, los biocombustibles no son una alternativa 100% limpia, pero nos encontramos en un escenario donde son una opción menos contaminante.
Aparte de eso, tienen otras ventajas:
- Son renovables. Con una producción sostenible, es posible obtener biomasa sin agotar el recurso.
- Contribuyen a la independencia energética. Ya que cualquier país puede producirlos, al no requerir condiciones geográficas especiales o grandes requisitos tecnológicos.
- Puede ayudar a la economía local. Creando empleo durante las fases de cultivo y transformación, así como a partir de los beneficios de la venta.
Sin embargo, los biocombustibles no están exentos de polémica y desventajas, como por ejemplo:
- No son baratos de producir. Una de las principales causas por las que su uso no está tan extendido.
- Fomenta el monocultivo. Con el impacto en la biodiversidad que tiene el reducir la variedad de plantas de un entorno.
- Puede contribuir a la escasez de alimentos. Al sustituir cultivos para la alimentación por cultivos para biofuel, se contribuye a encarecer dichos alimentos.
- Contamina, aunque sea menos. Principalmente, mediante el uso de fertilizantes, la posible contaminación del agua o la polución directa a la atmósfera.
En definitiva, los biocombustibles son una alternativa menos dañina que las fuentes de energía fósil. Sin embargo, aunque son renovables, no son 100% limpios y presentan también una serie de desafíos si se quieren producir de manera masiva.